martes, 26 de enero de 2010

"Hoy la censura es más eficaz que nunca"

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«Las buenas intenciones y la vocación de los periodistas son pisoteadas diariamente por los tentáculos del poder». Sin pelos en la lengua, repanchingado en la silla y con un botón de la camisa desabrochado por efecto de su corpulencia, Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) diagnostica el estado del periodismo y recalca que hoy la censura está más viva que nunca.
La sociedad vive en un letargo en el que el control más férreo se disfraza de independencia y los incautos, que creen disfrutar de la libertad, se infligen inconscientemente la autocensura, según afirma el escritor, durante su intervención en el coloquio con los alumnos del máster de ABC.
Originariamente el periodismo se ha concebido como un alumbramiento de la realidad, pero la herramienta esencial para su ejercicio ha sufrido una transformación. «La palabra, cuya misión primitiva, era el envío ha pasado a ser diabólica y engañosa».

En cuanto al impacto de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación, el columnista de ABC niega que el soporte papel esté destinado a perecer, puesto que ofrece una experiencia sensitiva muy diferente a la digital. ¿Dónde quedará aquello de oler un libro, tocarlo, doblar las esquinas de aquellas páginas donde nos detuvimos más, descubrir la huella que imprime cada una de las manos por las que pasó el ejemplar? reflexiona pausado y reflexivo de Prada.

Tampoco le inquieta la piratería, «el derecho de autor es sólo una ficción política».
El próximo jueves presenta «Lágrimas en la lluvia», una recopilación de sus críticas literarias y cinematográficas de los últimos años. ¿Quién va impedir que el libro pase de unos a otros? ¿Acaso los juglares del siglo XII no se transmitían los conocimientos?, se pregunta.
De cualquier forma, como dijo George Bernard Shaw, convendría vivir 300 años para llegar a ser adulto y comprobar si la revolución -en este caso tecnológica- ha funcionado.

1 comentario:

FERNANDO DEL VAL dijo...

Esta vez me quedo con un término. Muy bueno lo de 'repachingado'. Es plástico, coloquial sin perder lo exquisito y ajeno a plumas cortesanas.