Durante el día, la clase política, ataviada con su mejor traje, bufanda de cashmere y maletín de cuero en mano, muestra su lado más recto. La mayoría comienza la jornada practicando footing, el mejor antídoto para hacer frente al estrés que les espera. Antes de quedar atrapados en reuniones interminables, toman café en sus despachos mientras contemplan la foto de familia que preside la mesa de trabajo. Horas después, cuando cae la noche, el nudo de la corbata comienza a aflojarse, el móvil está apagado o fuera de cobertura y olvidan quiénes son. Nunca reparan en que sus pasos por el sendero de la lujuria y el placer carnal pueden truncar sus carreras profesionales, sobre todo, si enarbolan valores tradicionales y su libro de mesilla es la Bilblia.
Ferviente protestante, diputada en Wenmister y famosa por su extremismo religioso y sus puritanas costumbres. Éste es perfil de Iris Ribinson, la esposa del ministro principal de Irlanda del Norte, que mantuvo una relación paralela con un joven 40 años menor que ella al que le concedió los fondos y la licencia para montar una cafetería en Belfast. Los escarceos de la ardiente beata que no predica con el ejemplo han apartado del cargo durante seis meses a su cónyuge Peter Robinson, que por cierto, ha instaurado una nueva modalidad de dimisión; la provisional.
El impacto de los devaneos del poder en el electorado difiere en función del escenario mundial en que acontezcan.
En EEUU, una sociedad impregnada por los valores del puritanismo y donde se desayuna leyendo el escándalo del día, los escarceos sexuales suelen pasar factura.
Al senador estadounidense Larry Craig no le quedó más remedio que agachar la cabeza y despedirse de su escaño, cuando en 2007 fue pillado 'in fraganti' en un baño público del aeropuerto internacional de Minneapolis, frecuentado por homosexuales. El 54 gobernador de Nueva York, Elliot Spitzer, dimitió en 2008 tras descubrirse sus aventuras sexuales con un selecto club de prostitución a este lado del Atlántico. Los responsables de la campaña del candidato republicano a senador Scott Brown, lejos de amedrentarse tras que sus adversarios políticos revivieran el posado en cueros del candidato hace 26 años para la revista Cosmopolitan, han sabido aprovechar el alboroto mediático. “Vote por Brown. Él sí que tiene un “paquete” de estímulo” rezaba uno de los carteles de propaganda electoral. El próximo 17 de enero se desvelará si el “hombre más sexy de EEUU” en los años 80 sustituye al demócrata Ted Kennedy, fallecido el pasado agosto.
A pesar de la fuerza con la que calan las debilidades carnales del poder en la conciencia estadounidense colectiva, el ex presidente Bill Clinton, logró salvar el pellejo y mantenerse en el cargo después de que salieran a luz sus intercambios orales con la becaria Mónica Lewinsky. Durante la campaña electoral de su mujer Hillary, Bill volvió a dar rienda suelta a su pasión y mantuvo otra relación extramarital durante varios meses, según la publicación The Atlantic.
Los líos de falda causan tanta expectación que el mítico Larry Flint dueño de la publicación pornográfica Hustler, ofreció en 2007 un millón de dólares, a quien se hubiera acostado con un político y lo contase para su revista.
En la Italia de Berlusconi, la sociedad no parece tener demasiado en cuenta la libido desmesurada de Il Cavaliere. Tras presentar a modelos en las listas de su partido para las elecciones europeas y celebrar fiestas privadas con jovencitas ligeras de ropa en su mansión de Cerdeña, los italianos no tienen ningún reparo en continuar respaldando al presidente de la República.
En nuestro país, los escándalos de la clase política son infrecuentes y no se conoce ningún caso en el que un affaire les haya destronado de su cargo. El último lío de cama que se recuerda es el del ex presidente del Gobierno José María Aznar al que los rumores le adjudicaban la paternidad del bebé de la ex ministra francesa de Justicia Rachida Dati. Pero a él ya poco le podía afectar.
3 comentarios:
No sé si, en algún caso de los que citas, la ligereza moral es más de los protagonistas o de quienes los mantienen con sus votos.
Probablemente sea más grave el respaldo que ofrece el electorado a actitudes tan denigrantes
Oye, muy bien: veo que te adelantas a la noticia. Cinco días después de tu comentario, El País publica:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Scott/Brown/modelo/senador/Washington/elpepuint/20100120elpepuint_10/Tes
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