"Opto por el pelo más desfilado y con menos volumen en la zona superior para disimular las entradas". "Yo apuesto por un bigote a lo Brad Pitt en la película Malditos Bastardos para parecer más moderno", "Qué tal una barba corta y marcada", "Sin duda lo más, es depilarle las cejas".
No, no estamos en la sala de espera de un salón de belleza ni en la barbería del sur. Tampoco en el backstage de la pasarela Cibeles, sino en las páginas centrales del suplemento dominical de ABC, D7.
El photoshop ya no sólo difumina las arrugas, blanquea los dientes o estrecha unas caderas sino que también se ha convertido en el juego perfecto de periodistas ociosos que se empeñan en dilucidar el... ¿cómo sería el caballo blanco de Santiago si fuera una periquito amarillo de Canarias?
Durante los últimos domingos la periodista Teresa de la Cierva ha recabado la colaboración de siete estilistas para hacer un cambio de look a diversos políticos. Hasta el momento han pasado por el sillón de los esteticiens Llamazares, Rajoy y Zapatero.
- "Tratamiento texturizante para Rajoy, que le proporciona más brillo al cabello y evita el ligero encrespado que tiene". Uaaauhh qué trendy, es lo más.
- "¿Qué tal si peinamos Llamazares con una cresta?" Qué jovial
-"Para ZP cabello largo, más desnatural, más desarreglado, más casual". Fashion, fashion así sí que saldríamos de la crisis.
¿Estamos tontos?
* En en el suplemento La otra crónica (El Mundo) la invención photoshopiana nutre de información sus páginas desde que comenzó a publicar. ABC no era tan proclive a esto. Será que su obsesión de alcanzar a El Mundo en lectores no le está sentando demasiado bien.
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