martes, 27 de abril de 2010

Los europeos no quieren ni ver a Turquía

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Medio siglo después de llamar a la puerta, Turquía no desiste de su sueño europeísta, aunque el desgaste y las frustradas expectativas que ha generado la presidencia de turno española se evidencian día a día.

Al tradicional rechazo de los ciudadanos europeos -un 48 por ciento se opone a su adhesión, según el último Eurobarómetro- se suma ahora el desencanto de los propios turcos. Según los últimos sondeos, menos de un 35 por ciento de ellos apoya la idea de que su país entre en la UE.

España, independientemente del partido en el poder, ha defendido siempre la integración de Turquía en la Unión, ya que considera que es un actor fundamental tanto en su región como a nivel internacional, supone un factor de estabilidad en el Cáucaso y actúa como interlocutor en conflictos como Oriente Próximo.

La luna de miel que viven Zapatero y Erdogan no incide en la visión de los españoles respecto a Turquía. A pesar de la indiferencia general que profesa la población española hacia cuestiones concernientes con la Unión Europea, los pocos que se pronuncian se niegan a dar luz verde a la integración de Turquía. El 62% se muestra contrario a la ampliación, según se desprende de una encuesta del CIS. «La UE sólo contempla la candidatura turca para aprovecharse de su gas. No creo que ese país tenga algo que ver con Europa», expone la madrileña María Temes.

Ciertamente, el paso del gasoducto Nabucco por tierras turcas pondría fin a la dependencia europea energética respecto a Rusia. Algo que no afectaría directamente a España ya que su consumo de gas depende principalmente de Argelia.Turquía puede actuar como bisagra entre Europa y los países exportadores de petróleo y gas en Oriente Próximo y Asia Central.

Su adhesión trastocaría el orden jerárquico de la Organización. Se convertiría en el país con mayor extensión de la UE arrebatándole la hegemonía a Francia y en 2015 superaría la población alemana. En cambio, el PIB no alcanza a la mitad del español. «Francia y Alemania temen perder poder y eurodiputados», justifican algunos expertos europeístas.

En cualquier caso, las palabras del político Robert Schuman «Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho» continúan hoy más vigentes que nunca.

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