sábado, 10 de abril de 2010

La tragedia llama dos veces a la misma puerta

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Es sábado. Pelayo va camino del velatorio La Dolorosa, sito en la calle GranVía de Salamanca. Le enterrarán en Fuentesaúco. Su padre ha sido asesinado. De camino al pueblo, en el que ambos nacieron, un coche se estampa contra la tristeza de Pelayo, hundiendo la luna en su pecho y sesgando una vida más.

¿Trágico? Más o menos ésta es la situación que se ha reproducido hoy. Se conmemora el 70 aniversario de la matanza de 22.000 oficiales polacos masacrados por orden de Stalin en 1940. Katyn, lugar en donde fueron halladas las fosas comunes, se encuentra a pocos kilómetros de Smolensk, lugar donde se han celebrado actos.

Las dos primera filas reservadas para las autoridades han quedado vacías. Vacías para siempre. Un Tupolev-154 en el que viajaba el presidente polaco, Lech Kaczynski, buena parte de su delegación de Gobierno y familiares de las víctimas del estalinismo se estrellaba cinco minutos antes de las once de la mañana.

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